(Fuente:
Gonzalo del Olmo Berenguer)
Autor: Sergio Martínez-Campos Gutiérrez
España es un país de tradición católica, por
lo que no es extraño que la mayoría de nosotros tengamos un cariño especial por
la Navidad, y esto es algo que difícilmente muchos podamos evitar. Son días en
los que, más allá de las creencias religiosas, tienen un significado especial:
nos reunimos con nuestros seres queridos, comemos menús especiales de esta
época del año, las calles se engalanan, muchos tenemos vacaciones, celebramos
la llegada del año nuevo, recibimos regalos, etc.
Sin embargo, el significado de la Navidad ha
ido variando a lo largo del tiempo para convertirse en una festividad en la que
prima el consumismo por excelencia. Se estima, según Deloitte, que estas
Navidades “cada hogar español gastará 601 euros de media”, entre regalos,
comida, viajes y ocio. Este dato sitúa a España como el segundo miembro de la
Unión Europea con mayor intención de gasto, después de Reino Unido.
El consumismo a gran escala es
uno de los principales problemas ambientales a los que se enfrenta nuestro
planeta en la actualidad, debido al consumo excesivo de recursos y a la elevada
generación de residuos que conlleva. Para contextualizar este hecho
en estas fechas, nos vamos a fijar en varios símbolos navideños que
caracterizan estas fiestas:
El árbol de navidad
Se trata del
símbolo navideño por excelencia junto al belén. Se cree que su origen, tal y
como lo conocemos en la actualidad, fue en Alemania, donde se implantó por primera vez en
1605 para ambientar el frío de la Navidad.
El árbol de
Navidad se ha convertido en un indispensable en todas las casas. Tanto que se estima que se compra un árbol
de Navidad natural cada 8 habitantes (lo que supone que en países como Reino
Unido este mercado llegue a mover más de 425 millones de euros al año, según el
periódico Público. Este gasto y
consumo de árboles naturales resulta en un despropósito (de seguro te ha
llegado a la cabeza la típica imagen de un leñador cortando y tirando abajo un
gigantesco pino). Buscando una posible solución a esto, se recurrió a la
creación de árboles artificiales.
Pero, ¿resultan estos una verdadera solución?
Los árboles artificiales presentan la ventaja de que
pueden ser reutilizados durante varias Navidades, lo que disminuye el coste
económico invertido. Por el contrario, resultan perjudiciales desde su
fabricación, ya que la mayoría se hallan compuestos por PVC, uno de los
plásticos con el reciclaje más dificultoso, lo cual obliga a que, una vez
finalizado su uso, acabe en los vertederos. Por lo que al menos, para para
amortizar su coste ecológico, deben permanecer con nosotros durante 10
navidades.
Por el contrario, los árboles naturales se producen en grandes viveros, por lo que ya no resultan
en talas masivas de bosques. A su favor está que, una vez ha acabado su “fase
útil” en nuestro hogar, pueden ser replantados, o incluso, hay ciudades como
Londres donde se recogen para reducirlos a turba. Sin embargo, si lo
tiramos a vertederos, debemos tener en cuenta que, al descomponerse, generan
una gran cantidad de metano, uno de los principales gases que contribuyen
notablemente al incremento del efecto invernadero. Además, en España, debemos
considerar que la mayor producción de árboles navideños se sitúa en Cataluña,
por lo que debemos también tener en cuenta los gases contaminantes emitidos
durante su transporte.
Ambas opciones, como podéis ver, tienen sus pros y sus contras, pero no está de
más conocerlas para evitarlas.
Las comidas navideñas
En estas fechas son protagonistas
los grandes banquetes. En estas comidas triunfan productos que no
solemos comer: mariscos, productos ibéricos, carne de calidad, patés, quesos…
en unas cantidades enormes y simultáneamente en todas las casas, lo que
incrementa notablemente los precios.
La economía funciona, a grandes rasgos, basándose en un
único principio “la ley de la oferta y
la demanda”. Si existe una gran cantidad de un producto determinado (gran
oferta), pero el apenas existen compradores (demanda) el precio del producto
será mínimo. En cambio, puede darse el caso contrario, una cantidad de
producto muy limitada y una gran demanda, lo que incrementa los precios.
En el caso de la alimentación en Navidad queda claramente
reflejado bajo este principio, concretamente en el caso del pescado y el
marisco. En un principio, muchas especies se pescan directamente del mar, ya que
a pesar del creciente auge de las piscifactorías, existen ciertas especies
ampliamente utilizadas en pescadería que aún no resultan viables de producir mediante este
método. Esto provoca que se requiera su pesca para poder tenerlas disponibles para
la alimentación.
Debido a que en todos los hogares se da una demanda desmesurada
de estos productos y a que la obtención de los productos resulta limitada, los
precios se incrementan de una manera desmesurada. En concreto, este año se ha
observado un incremento del 44 % en el caso de los percebes gallegos, seguidos
por un 12,7 % de la merluza.
Todo ello, supone un refuerzo
al gran expolio que resulta la pesca marina. Si bien es cierto que
se tiende a sobreexplotar los recursos marinos durante todo el año, festividades como estas incrementan el ritmo de la pesca aún más en
búsqueda de un mayor beneficio, lo que puede llegar a suponer un estado de irrecuperabilidad si seguimos centrando
nuestra alimentación en las mismas especies.
La iluminación
Todos los
años se produce un gran gasto en la iluminación de Navidad. Si nos centramos
únicamente en la instalación de luces,
podemos hablar de ciudades, como la de la ciudad de Vigo en la cual se ha
invertido 4,5 millones de euros en las actuales navidades.
Si
consideramos los costes que pueden suponer para las familias navideñas, se
estima que el consumo eléctrico se incrementa
hasta un 30%. Este consumo superior viene marcado por el uso de las
calefacciones eléctricas, de los electrodomésticos y una utilización extra de
la iluminación con motivo de las fiestas y adornos navideños.
Debemos tener
en cuenta que este incremento no solo se produce únicamente por las luces de Navidad,
ya que estamos en fechas invernales y es lógico pensar que se abusa de la calefacción
y de la luz al pasar más tiempo en nuestros hogares. Así que no
solo evaluamos la Navidad como festividad, sino también como días libres ajenos
al trabajo.
Para reducir el consumo y también todo lo
que tenemos que pagar, se puede racionalizar el consumo de calefacción o
utilizar iluminación Led, son algunas de las medidas que podemos adoptar para
reducir el consumo en el periodo navideño.
A pesar de todo lo mencionado,
siempre es posible disfrutar de unas Navidades desde la responsabilidad y el
respeto hacia el medio ambiente, que una vez acabadas estas no impliquen ingentes
cantidades de basura y contenedores incapaces de asumir todos los desperdicios.
Por ejemplo, diversificando los menús y consumiendo productos de temporada,
siendo más sensatos a la hora de decorar, reutilizando lo que ya tenemos en
casa, e incluso aprovechando materiales para hacer manualidades, o regalar
pensando en la calidad y utilidad de los presentes y no en la cantidad.
Con todo esto, desde Divulga
Medioambiente queremos desearos unas felices y sostenibles Navidades.
Fuentes de consulta:
- Público (22-12-2018). Árbol de Navidad natural o artificial. ¿Has elegido el más sostenible? Recuperado de: https://www.publico.es/sociedad/medio-ambiente-finde-arbol-navidad-natural-artificial-has-elegido-sostenible.html
- Deloitte (1-11-2018). Estudio de consumo madrileño. Recuperado de: https://www2.deloitte.com/content/dam/Deloitte/es/Documents/bienes-comsumo-distribucion-hosteleria/estudio-consumo-navideno-2018.pdf
- La Voz de Galicia (16-03-2018). El Concello de Vigo invertirá 4,5 millones en iluminación navideña. Recuperado de: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/vigo/vigo/2018/03/16/concello-vigo-invertira-45-millones-iluminacion-navidena/0003_201803V16C1992.htm
- La Gaceta de Salamanca (23-12-2018). El marisco y el pescado más caros que en la Navidad anterior, según la OCU. Recuperado de: https://www.lagacetadesalamanca.es/alimentacion/2018/12/23/precio-marisco-pescado-disparan-navidades/256421.html
- Interempresas (20-12-2017). Las navidades aumentan más de un 30% el consumo eléctrico en los hogares españoles. Recuperado de: https://www.interempresas.net/Energia/Articulos/205926-Las-navidades-aumentan-mas-de-un-30-por-ciento-el-consumo-electrico-en-los-hogares.html
“Además de tratarse de una economía del exceso y los
desechos, el consumismo es también, y justamente por esa razón, una economía
del engaño. Apuesta a la irracionalidad de los consumidores, y no a sus
decisiones bien informadas tomadas en frío; apuesta a despertar la emoción
consumista, y no a cultivar la razón.”
Zygmunt Bauman (1925-2017), filósofo, sociólogo y ensayista polaco.
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