Ejemplos históricos de cuando se nos fue la mano con el medio ambiente. Capítulo II: caza de leones

Un león de piedra custodia la entrada principal a la fortaleza de Tsaverets, en Veliko Tarnovo (Bulgaria). En la actualidad, existen más estatuas de leones repartidas por todo el globo que leones (Fuente: D_medioambiente)

Autor: Guillermo Bernal Sancho

La caza es la actividad más antigua realizada por el hombre, básica para su subsistencia en las sociedades cazadoras-recolectoras. Con el advenimiento de la ganadería y la agricultura, se sucedió una explosión demográfica y esta perdió parte de su protagonismo como fuente de alimento, surgiendo entonces la caza ritual o la de ocio. Conforme la humanidad se multiplicaba, aumentó la presión sobre muchas especies, como el león (Panthera leo), que comenzó un retroceso que casi lo llevó a la extinción.

En la actualidad existen leones en África (el león africano abarca un conjunto de 5 subespecies) y en Asia (Panthera leo pérsica), que también pobló el norte de África, pero que ahora solo habita en un diminuto reducto de la India. Hace algo más de 20.000 años, poblaciones del norte de África (pero de la subespecie asiática) se expandieron notablemente y llegaron a Asia, donde se expandieron desde Anatolia hasta la India, e incluso entraron en Europa, poblando Grecia y el resto de la península de los Balcanes con total seguridad. Asimismo, existen indicios de su presencia en Italia y España. Es decir, no había que ir a alguna sabana remota para encontrarte con algún león, sino que estaban ampliamente presentes en los primeros escenarios históricos.

Distribución de leones antes de la agricultura (rojo) y en la actualidad (azul). Destacar la flecha azul en el subcontinente indio, único lugar donde se encuentra el león asiático actualmente (Fuente: brilliantmaps.com)
Su caza se remonta muy atrás en el tiempo, mayoritariamente por amenazar al ganado, por la desaparición de sus presas (gacelas, uros…) o, simplemente, por seguridad u ocio. Sumado a la invasión de sus hábitats, daría como resultado un lento retroceso, que primero aislaría sus poblaciones, y luego las haría casi desaparecer.

A continuación repasaremos algunos de los hitos históricos que recogen la caza de leones en cada una de las edades de la humanidad.

La Edad Antigua
La primera vez que su caza aparece en la historia es en el poema épico de Gilgamesh (obra de literatura más antigua), donde se menciona al personaje Enkidu, que caza leones a decenas, ya que eran muy abundantes en Mesopotamia. En la mitología griega hay otro ejemplo: la primera de las doce tareas de Hércules consistía en derrotar al león de Nemea y quedarse con su piel. Y en la Biblia, el león es de los animales más nombrados y abundaba en Palestina.

Gilgamesh y su gatete (izquierda), escultura asiria del siglo VII a.C. y Hércules y el león de Nemea (derecha), pintura de Peter Paul Rubens del siglo XVII

Aunque si la caza de leones se hizo famosa en la Antigüedad era por ser un deporte real donde el monarca demostraba su prestigio y poder. En Asiria (una potencia conquistadora del segundo y primer milenio a.C.), más que una cacería era un ritual y asunto de Estado, donde los leones eran cazados por el rey montado en un carro, lo cual representaba la derrota del mal encarnado en el felino. Todo ante la mirada de su pueblo, que tenía que echar a correr cuando “el mal” no era derrotado en condiciones (mucho más entretenido que las corridas de toros, oigan). También eran frecuente en los juegos romanos.

Estos ejemplos, sumados a la constante actividad del hombre, condujeron al comienzo de su decadencia. Como resultado, con la llegada de la era cristiana los leones ya habían desaparecido de la costa de Egipto, los Balcanes y las regiones más pobladas del Cercano Oriente (sorprendente es que desapareciesen de Grecia en el 100 a.C).

Era Cristiana
Aunque los leones siguieron poblando los mismos lugares y países, sufrieron un lento y constante retroceso (no más que el de otras especies salvajes), recluyéndose cada vez más en desiertos, bosques y montañas. Los últimos leones de palestina desaparecieron en el siglo XII cazados probablemente por cruzados, y del Cáucaso en el siglo X, en el XVI de Egipto y por la misma época los de las regiones costeras de Marruecos. Como curiosidad, este animal aparece también en el Cantar de mio Cid:

El manto se pone al cuello     y encaminóse al león.
La fiera, cuando vio al Cid     al punto se avergonzó;
allí bajó la cabeza,     y ante él su faz humilló.
Nuestro Cid Rodrigo Díaz     por el cuello lo tomó,
y lo lleva de su diestra     y en la jaula lo metió.

Testosterona aparte, el león que aparece en este improbable episodio no era oriundo de la península ibérica, sino que posiblemente era un león del Atlas o de Berbería, un subtipo del asiático que vivía en las montañas del Atlas, en el norte de África, del que se volverá a hablar más adelante.

Imperialismo
La mengua de los leones se vio dramáticamente acelerada cuando las potencias europeas comenzaron a ocupar territorios a lo largo del mundo para su explotación comercial. Aunque el aumento de población y de las tierras de cultivo continuó empujando a estos animales a los confines de Siria, Irak, Afganistán… refugiándose en zonas muy montañas o desiertos poblados por nómadas. Pero nunca lo suficientemente lejos de los cazadores (mayoritariamente europeos) ávidos de trofeos, prestigio y demostraciones de virilidad. También fue importante el papel de los zoológicos, aunque ya estaban presentes en la antigua Mesopotamia, se multiplicaron en esta época. Para finales del siglo XIX los leones asiáticos ya eran muy escasos, y a comienzos del siglo XX desaparecieron los últimos leones del Atlas en Marruecos (por tanto, de África) y de Asia, a excepción de la India.

Conforme los leones asiáticos eran cada vez más escasos, los europeos volvieron sus ojos hacia el león africano, que había permanecido muchos más siglos aislado de estas prácticas y por tanto era más abundante. Lo empezaron a cazar indiscriminadamente, pero afortunadamente las políticas de protección entraron a tiempo y actualmente existen 30.000 leones en libertad. Aunque tienen que enfrentarse al furtivismo y a gente incalificable que va a matar animales por ¿diversión?

Miguel Blesa, célebre expresindente de Caja Madrid y mejor chorizo, cazando un león (Fuente: elplural.com)
La India y el traidor
En la India la situación era similar que en otras regiones: su retroceso era constante pero lento. Sin embargo, llegaron los británicos y la anexionaron a sus dominios, y a partir del siglo XVIII, aristócratas y oficiales la tomaron con tigres, elefantes, rinocerontes, leones… y todo lo que se pasease delante de su fusil, en resumidas cuentas. Como en todas las demás regiones, el león asiático se precipitaba a la extinción si no hubiese aparecido en escena un tal Muhammad Mahabat Khanj III (1900-1959), rey (Nawad) de Junagadh. Un gobernante estrafalario, considerado un traidor en la India y muerto en el exilio, pero que creó la Reserva del Bosque de Gir en sus dominios, donde los últimos 20 leones asiáticos pudieron sobrevivir y prosperar hasta la actualidad. También es cierto que el león de Berbería no se llegó a perder del todo ya que sobrevive en zoológicos, cruzado con el africano, eso sí.

De izquierda a derecha: Muhammad Mahabat Khanj III (Fuente: wikidata.org); Leones asiáticos en el Parque Nacional del Bosque de Gir; Localización de dicho Parque Nacional (Fuente: wikipedia.org)
La ola de caza indiscriminada de los siglos XIX y XX hubiese acabado con un magnífico animal. Es curioso como los niños cuentan entre sus favoritos a animales que sus adultos llevan al borde de la extinción. Cuesta entender como la admiración histórica que ha sentido el hombre hacia el león, representándolo en heráldicas, esculturas, simbología, etc. no se ha traducido en conservacionismo en vez de en su exterminio. Cazado desde antiguo, no fueron los crueles monarcas asirios ni los reyes persas enemigos de la demócrata Atenas quienes les pusieron contra las cuerdas. Tuvo que llegar la aristocracia europea con sus exquisitas formas y cultura para casi exterminar una especie. Si el hombre no toma conciencia del daño que causa a la fauna por razones vacías de contenido y principios, animales tan queridos como el elefante, rinoceronte, tigre o león sólo serán un recuerdo.

Fuentes de consulta:

"Nunca he llegado a comprender la alegría que tienen algunas personas en matar animales a balazos"
Bernhard Grzimeck (1909-1989), zoólogo, escritor, director de zoológico y conservacionista animal de origen alemán.

3 comentarios

  1. Un artículo muy interesante, aunque se echa en falta un comentario de las dinámicas sociales de los leones que también contribuyen a su declive. En este vídeo se ve claramente:
    https://www.youtube.com/watch?v=zPUe7O3ODHQ

    Seguid con esta serie. Venom :)

    ResponderEliminar
  2. El león del Cid era como CURRUPIPI para Jesulin. En definitiva cuanto más cerca de un león más tranquilo me siento.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si el león era CURRUPIPI y el Cid Jesulín, ¿¿Belén Esteban era Doña Urraca??

      Eliminar