Ejemplos históricos de cuando se nos fue la mano con el medio ambiente. Capítulo I: elefantes de guerra

Representación de la batalla de Raphia. El elefante indio (derecha) lleva tres tripulantes, mientras que el elefante cartaginés (izquierda) lleva dos. Autor: R. Palacios (Fuente:  arrecaballo.es)
Autor: Guillermo Bernal Sancho

Es cierto que no podemos juzgar ninguna época pasada desde el prisma actual, así como tampoco sería justo que nos juzgaran  a nosotros con los valores del futuro. Pero a lo largo de la historia, ciertas especies animales han sufrido la inusitada atracción del hombre, no sólo para satisfacer necesidades ganaderas, sino que se lo digan a los elefantesNo se pretende juzgar, sino conocer  errores para no volver a cometerlos. 


Civilizaciones como la egipcia, la griega o la babilónica ya los conocían, puesto que a lo largo del norte de África habitaba el elefante cartaginés (Loxodonta africana pharaonensis), una subespecie más pequeña del elefante africano (Loxodonta africana). Y, en la actual Turquía, Siria, Irak e Irán residía el elefante sirio (Elephas maximus asurus), una variedad de mayor tamaño del elefante indio (Elephas maximus). Sin embargo, estas especies no llegaron a ser domadas.

La primera vez de la que se tiene constancia del uso de estos animales en la guerra fue en el año 331 a.C., en la famosa batalla de Gaugamela (Irak), donde se enfrentaron el ejército macedonio liderado por Alejandro Magno y el persa, cuyo rey era Darío III. En este caso, los quince elefantes de guerra indios con los que contaban los persas hicieron más bien poco y la batalla se resolvió rápido con el rey persa tomando las de Villadiego.

Darío III huye ante Alejandro. Mosaico de Pompeya, siglo I a.C. (Fuente: batallasdeguerra.com)

Unos pocos años después, en el 328 a.C., Alejandro Magno volvió a enfrentarse a un ejército que empleaba elefantes de guerra. Esta vez el encuentro ocurrió a orillas del río Hidaspes (actualmente es el río Jhelum, Pakistán), en la batalla del Hidaspes. Doscientos elefantes al mando del rey indio Poros aplastaron a 16.000 falangistas en solo ocho horas, dejando obnubilado a Alejandro. Pero este supo contratacar poniendo en práctica lo que caracterizará al elefante de guerra: darse media vuelta, huir y aplastar lo que se interponga en su camino. Después de esta batalla, Alejandro fue a Babilonia y al poco tiempo murió, pero de sus campañas en la India trajo elefantes y la técnica de su doma, dando pie a una moda estrafalaria que pocas veces demostró su utilidad.

Un siglo después, el Imperio Seléucida y Ptolemáico en Egipto, ambos fundados por generales de Alejandro Magno, volvieron a emplear elefantes en las guerras en las que continuamente se enfrentaban y que dejaron a los dos estados completamente agotados. Pero de las seis que libraron entre sí, hubo una que destacó por enfrentar elefantes asiáticos y africanos por primera vez: la batalla de Raphia (217 a.C.). Antíoco III (Imperio Seléucida) y Ptolomeo IV (Egipto) enfrentaron sus paquidermos sin que destacasen especialmente, ya que ejercían más bien como un capricho accesorio que como una unidad de élite. Finalmente, Ptolomeo fue el vencedor a pesar de que sus elefantes se dieron a la fuga contra sus propias filas.

Otro ejemplo del absurdo empleo de estos animales en acciones bélicas fue cuando el déspota de Epiro, Pirro, acudió en ayuda de las colonias griegas del sur de Italia, acosadas por una pujante República Romana. Pirro fue de los pocos que consiguió sacar algo de partido a los elefantes, y derrotó a los romanos en dos batallas muy costosas. Pero en la tercera batalla, los romanos idearon un plan contra los elefantes en Benevento (275 a.C.): quemaron vivos a una gran cantidad de gorrinos. Entre el fuego y los chillidos, los elefantes se espantaron, aplastando a propios y extraños. Pirro tampoco perdió, pero quedó tan agotado que volvió a Epiro. De hecho, una victoria pírrica significa ganar a tan alto coste que la victoria no compensa los daños sufridos. 

Pero si hay un hecho histórico que destaca por encima del resto por el empleo de elefantes, se trata del realizado por el cartaginés Aníbal Barca, quien armó una expedición contra Roma atravesando los Pirineos y los Alpes (218 a.C.) contando con nada más ni nada menos que treinta y siete elefantes cartagineses, aunque al terminar la travesía solo sobrevivió uno (al que utilizó de montura), habiendo muerto el resto de una manera completamente innecesaria. 

Aníbal agarrándose un catarro mientras cruza los Alpes. (Fuente: imperiodelaciencia.wordpress.com)

En el año 202 a.C. cuando el general romano Publio Cornelio Escipión Africano ahogaba a la ciudad de Cartago, esta se vio obligada a llamar a Aníbal, a quien habían abandonado a su suerte en Italia. Aníbal volvió y se puso al mando de un ejército novato con elefantes recién capturados. En Zama (actual Túnez), las tropas romanas espantaron a los animales con cuernos y tambores, volviéndose contra los propios cartagineses. Los paquidermos que no huyeron cayeron en “pasillos trampa” abiertos en la formación romana, donde fueron masacrados.

Recreación de la batalla de Zama, grabado de Cornelis Cort (1567). (Fuente: Wikipedia)

La victoria romana fue total, y esta nueva civilización ya prescindió del uso de elefantes. En el mundo mediterráneo quedaban anquilosados reinos macedonios que seguían usándolos en guerras intestinas, e incluso fruto de alianzas llegaron a luchar al lado romano, pero su importancia fue decayendo. Los elefantes no eran criados en cautividad, sino capturados y luego domados; sumando la caza por el marfil, hizo que el elefante cartaginés se extinguiese sobre el año 100 d.C. Se desconoce cuándo se extinguió el elefante sirio, pero el hecho de que no fuese domado y se importase elefante indio puede indicar que ya era muy escaso.

Este ha sido un ejemplo en el que una actividad del ser humano causó gran pesar sobre una especie animal, con fines completamente absurdos como es la guerra, donde además fueron poco eficaces. Las batallas en las que participaron pudieron ganarse en su mayoría sin su ayuda. Es verdad que en el mundo antiguo generalmente el bienestar animal no era un asunto tenido muy en cuenta, pero a diferencia de Alejandro o Aníbal, nosotros sí que somos conscientes de que los animales sienten y sufren, e incluso podemos extinguirlos si se perpetúan comportamientos y costumbres agresivas con ellos, de caza indiscriminada, muchas veces para “medicinas” más parecidas a brujerías o la obtención de objetos que satisfagan nuestra vanidad, como pieles o marfil.

Fuentes de consulta: 
"Se dice que el elefante indio llora a veces."  
Charles Robert Darwin (Inglaterra, 1809-1882), Científico naturalista, padre de la Teoría de la Evolución.

7 comentarios

  1. Desde luego el historial de atrocidades que los humanos han hecho con los animales es bastante extenso, seguro que da para muchas más secciones como ésta. Utilizar elefantes como animal de batalla debió de ser algo impresionante y una táctica militar asombrosa, sin embargo, como bien coincidiremos todos, es triste que estos animales hayan tenido un cometido en un acto tan abominable como es la Guerra. Otro ejemplo que se me ocurre en el que utilizaron a los elefantes en actos bélicos, fue durante la Primera Guerra Mundial como animal de carga.
    Sin embargo, en mi opinión, las atrocidades, mas desagradables que se han y se siguen cometiendo con los elefantes, como bien apuntas al final, son la caza furtiva y el tráfico ilegal del marfil y otros componentes destinados a fines "medicinales" y ornamentales. Esta seemana ha salido un artículo en el país hablando precisamente de este tema: https://elpais.com/elpais/2018/09/26/mundo_animal/1537947102_228811.html

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    1. Después de leer el artículo, usar elefantes de guerra no parece una táctica militar tan asombrosa XD

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    2. La verdad es que fue una idea lamentable, por mucho que nos lo vendan en películas como El señor de los anillos o 300

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  2. Muy buen artículo, seguid con esta serie.

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  3. Es cierto los elefantes solo son útiles cuando luchan contra los elfos y a estos se les acaban las flechas....

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    1. Los elfos es que son muy especialitos. Yo prefiero los enanos, letales en las distancias cortas.

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