¿Qué es un ecosistema?


(Fuente: D_medioambiente)
Autores: Sergio Martínez-Campos Gutiérrez, Sonia Vega García

Siempre que hablamos de medio ambiente, existen una serie de conceptos recurrentes que vienen a nuestra cabeza, como es el caso de especie invasora, hábitat, contaminación, parque natural o nacional, especies en peligro de extinción... Pero todos estos términos resultan dependientes de uno solo: el ecosistema. Es por ello por lo que es necesario conocer este concepto en profundidad y discernir todo lo que implica.

La definición de ecosistema resulta bastante compleja. A grandes rasgos, podría decirse que el ecosistema es el nivel máximo de organización de la materia viva, conformado por: un componente biológico (los seres vivos), conocido como biocenosis, otro formado por el ambiente físicoquímico, denominado biotopo o hábitat, y las relaciones que se dan entre ambos.

Hay que tener claro que un ecosistema no tiene una escala de tamaño definida y puede oscilar desde un simple parche de suelo (en cuyo caso los componentes mayoritarios serán los microorganismos) al propio planeta entero. Por tanto, el espacio en el que se acota un ecosistema viene determinado por el sujeto que lo estudia. Entre los distintos ecosistemas que podemos considerar están los ríos, los bosques o los artificiales, donde residen especies que han pasado por un proceso de adaptación a estos nuevos hábitats, como las ciudades o los campos agrarios.

Podemos considerar las pequeñas charcas que se forman en la costa durante la bajamar como unos ecosistemas únicos donde las especies que lo habitan están adaptadas a tales condiciones como el cambio de las mareas (Fuente: D_medioambiente)
Debido a la complejidad del concepto, existen distintas maneras de interpretar y estudiar un ecosistema. Una forma de hacerlo es a partir de los balances de energía y materia. ¿Qué significa esto? Pongamos que un ecosistema es una caja negra a través de la cual no podemos ver qué ocurre, pero sí vemos lo que entra y lo que sale. De esta manera, podemos ver como entra energía en forma de luz, además de materia orgánica y nutrientes que requieren los seres vivos para su desarrollo. A su vez, podemos ver lo que sale del sistema, ya sean nuevos organismos o energía no aprovechable (como el calor). Un buen ejemplo que nos puede servir como contexto es el de un lago. Sabemos que entra luz como fuente de energía y materia orgánica mediante la caída de hojas. Asimismo, vemos que dentro del agua crecen plantas y habitan animales, pero no cómo se relacionan entre sí ni con el medio.

Para estudiar lo que ocurre dentro del sistema, en cambio, debemos ver el ecosistema como una caja blanca. En este modelo lo que nos interesa es cómo se relacionan los organismos con el entorno y entre sí. ¿Pero cómo ocurre esto? Por un lado, adaptándose a él mediante respuestas evolutivas. Por otro lado, los organismos modifican el entorno para adaptarlo a sus necesidades, como es el caso de la construcción de presas realizadas por los castores en ciertos tramos de ríos.

Pero lo más interesante de este modelo es ver cómo los seres vivos se relacionan entre sí. La relación más recurrente que establecen los organismos es mediante la alimentación, generando redes tróficas. En esta línea, se establece una especie de jerarquía dependiendo de la fuente de alimentación de cada uno de los organismos. En la base están los organismos autótrofos, capaces de generar materia orgánica a partir de la luz del sol y sustancias inorgánicas. La capacidad que tienen los organismos autótrofos de sintetizar sus propios nutrientes sin depender de otros seres vivos los convierte en lo que se denomina los productores primarios. Existe una gran variedad de organismos autótrofos, que van desde organismos unicelulares hasta los grandes árboles.

Esquema donde se puede observar cómo se interrelacionan los distintos niveles de la cadena trófica (Fuente: Gonzalo del Olmo Berenguer)
Por encima de estos se encontrarían los herbívoros, o consumidores primarios, que son aquellas especies heterótrofas incapaces de generar su propia materia orgánica y que, por lo tanto, necesitan alimentarse de otros organismos, concretamente de los autótrofos. Por último, se ubicarían los carnívoros, o consumidores secundarios, organismos heterótrofos adaptados a la caza de los herbívoros, ocupando así el último nivel de la cadena alimenticia. Cabe destacar que un carnívoro puede servir a su vez como alimento para otro gran depredador, los consumidores terciarios, este es el caso de las grandes rapaces o las orcas, entre otros.

En última instancia cabe mencionar el papel de los descomponedores, el cual es esencial para cerrar el círculo de la materia. Estos últimos son capaces de alimentarse de la materia orgánica muerta y transformarla en materia inorgánica, que a su vez, es aprovechada por los autótrofos.

Las redes tróficas son mucho más complejas y muchas veces correlacionan multitud de organismos, así como distintas fuentes de alimentación, pero en resumidas cuentas, estos son los más destacados y frecuentes. A su vez, hay organismos capaces de alimentarse de diferentes fuentes mientras que otros solo pueden alimentarse de una, lo cual limita su tolerancia a los cambios que puedan sucederse en su entorno, pero que nos da información sobre su gran adaptación a este.

Las relaciones que se dan entre los organismos que cohabitan dentro de un ecosistema van mucho más allá de la alimentación. Debemos considerar que existen relaciones de carácter intraespecífico, entre los distintos individuos de una misma especie. Así como relaciones entre diferentes especies, que reciben el nombre de relaciones interespecíficas. En estos casos, hablamos de simbiosis cuando dos especies distintas obtienen beneficio de su relación, como ocurre cuando un alga y un hongo interactúan para formar un líquen, mucho más resistente a las condiciones adversas. Si, fruto de la relación entre dos especies solo una de ellas obtiene beneficio mientras que a la otra ni le beneficia ni le perjudica, hablamos de comensalismo, por ejemplo, las lapas que viven sobre las ballenas sin afectar a la vida de estas. Y cuando una de las especies sale beneficiada y la otra perjudicada estamos hablando de parasitismo, como los piojos.

Los bosques son unos ecosistemas muy complejos que, además de albergar gran cantidad de vida, juegan un rol fundamental en el equilibrio ecológico del planeta: actúan como reserva de carbono, protegen los suelos de la erosión, regulan los flujos hidrológicos, etc. (Fuente: D_medioambiente)
Es primordial entender que lo que mantiene a un ecosistema es el equilibrio. Un pequeño cambio en las cadenas tróficas produce un efecto dominó que puede suponer un riesgo a la vida de las otras especies que lo cohabitan. Como ejemplo para contextualizar este hecho hemos escogido un caso que nos pilla de cerca: el de los conejos del Parque Nacional de Cabañeros. Desde los años 50, el conejo en España se ha visto afecto por dos enfermedades, la mixamotosis y la enfermedad hemorrágica, disminuyendo notablemente su población. A su vez, los sistemas de ganadería intensiva han derivado en la eliminación de los matorrales, que constituyen el hábitat principal del conejo. El problema deriva de que el conejo resulta una especie clave en para estos ecosistemas debido a su tarea como dispersor de semillas, así como su papel de herbívoro, que limita el crecimiento de matorral y mantiene el paisaje. También suele tener un lugar fundamental dentro de las cadenas tróficas, siendo el animal favorito de otras especies, como el lince ibérico, que depende en gran medida de que el conejo tenga las poblaciones adecuadas para su recuperación como especie en peligro de extinción.

Conejo en el Parque Nacional de Cabañeros (Fuente: Geo Innova)
Queramos o no, todos los seres humanos dependemos de que exista un correcto equilibrio de los ecosistemas. La cada vez mayor pérdida de especies, la liberación de contaminantes al medio y la modificación de los hábitats disminuyen la calidad del aire, el agua y el suelo, así como la producción agrícola y ganadera. Cuidando el medio ambiente estás cuidando tu calidad de vida.

Fuentes de consulta:


"Respetar la vida y dignidad de los animales y proteger su ecosistema no es sólo un objetivo del ecologismo, también es responsabilidad ética de la especie humana"
Jose Luis Rodríguez Jiménez (1961), historiador español.

9 comentarios

  1. Respuestas
    1. Muchas gracias!
      También estamos muy contentos con el dibujo de los diferentes niveles de la cadena trófica :)

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  2. La parte de las relaciones intraespecíficas viene muy bien para entender Venom.

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    1. Nos has dado una idea brutal, muchísimas gracias. Queríamos explicar las relaciones intraespecíficas mejor en otro artículo pero partiendo de esa idea se puede obtener un artículo brutal.

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    2. WillDiv hizo un vídeo sobre la relación simbiótica de Venom, por si te interesa:

      https://youtu.be/-KhsuLQ1qgA

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    3. Yo prefiero el de Because Science, que el tío se parece a Thor.
      Venom

      PS: jajajajaj

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  3. Felicitaciones por esta gran iniciativa.
    Tengo una curiosidad, ¿Cuál sería la diferencia entre ecosistema y medio ambiente ( o solamente ambiente) ?
    Muchas gracias por la atención.

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    1. En primer lugar, muchísimas gracias por tus ánimos, nos hace muy felices ver que nuestros artículos os gustan.
      Pues resulta que es una pregunta muy interesante, ya que los ecosistemas únicamente tienen en cuenta el medio físico y los seres vivos. Por el contrario el concepto de medio ambiente además tiene en cuenta conceptos como la cultura y la economía, intrínsecos del ser humano.
      Esperamos haberte resuelto la duda.

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  4. Además, en relación a la duda anterior sobre la diferencia entre ecosistema y medio ambiente, tenemos un artículo que explica el concepto de medio ambiente, para aquellos que quieran profundizar.

    http://divulga-medioambiente.blogspot.com/2018/08/que-es-el-medio-ambiente.html

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